miércoles, 2 de agosto de 2017

¿Descendió Jesucristo a los infiernos?


Siempre ha llamado mi atención la naturalidad con que algunos se deshacen de la famosa frase del credo apostólico que dice que Jesucristo «descendió a los infiernos» (aunque, en este punto, me pregunto si la frase efectivamente sigue siendo famosa tras ser silenciada con tanta insistencia).

La iglesia en que crecí, por ejemplo, no la recitaba, pero nuestros libros de himnos incluían una versión del credo que la contenía y, así, uno se enteraba de que existía. Es cierto que, por un lado, la «excentricidad» de la frase parecía explicar fácilmente por qué se omitía, pero por otro, uno no dejaba de preguntarse si era normal que una congregación cualquiera se atribuyera la autoridad de censurar un credo histórico. El tema era tan sutilmente incómodo que, sistemáticamente, todos hacíamos que la discusión misma descendiera a los infiernos —no le dedicábamos más de 30 segundos cuando alguien ponía el tema sobre la mesa en alguna conversación privada—.

Sin embargo, la frase existe, y no es un tema de menor importancia que nuestros antecesores cristianos la hayan incluido en el credo. Hoy algunos ajustan el lenguaje diciendo: «descendió al lugar de los muertos», pero puesto que el credo declara eso inmediatamente antes («fue crucificado, muerto y sepultado»), solo se hace más evidente que los antiguos creyentes quisieron decir otra cosa. ¿A qué se referían? Y, más importante que eso, ¿puede justificarse bíblicamente la elección de palabras con que se expresaron?

En esta publicación, mi objetivo no es dar la respuesta yo mismo sino dirigirte a un libro que hace justamente eso y que incluso explica por qué la iglesia pierde al omitir esta cláusula del credo. Quizás más adelante publique una reseña de él, pero esperaré que el libro salga a la venta, lo cual debería suceder dentro de poco.

¿Cómo sé lo anterior? Desde hace algunos años me dedico a la traducción de libros y este es uno de mis últimos trabajos. Yo quisiera darte a conocer más libros como estos, pero debo decir que no podré lograrlo sin el apoyo de personas como tú. Actualmente, de hecho, estoy recaudando fondos de traducción, y por ello, te invito a visitar mi campaña en el sitio de financiamiento participativo GoFundMe (donde podrás ver el libro). El proceso es muy sencillo, y si lo deseas, puedes también compartir la página en tus redes sociales. Estaré muy agradecido (cualquier aporte me motivará mucho), pero por sobre todo, le darás impulso a una actividad que juega un rol importantísimo en la difusión del evangelio.

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