miércoles, 10 de marzo de 2010

No siempre la inmediatez garantiza precisión

Quienes suelen atacar a "los evangelios" (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) por no haber sido escritos inmediatamente después de haber sucedido los acontecimientos en ellos relatados, deberían tomar nota de lo que ha ocurrido en los días post-terremoto/tsunami. En menos de dos semanas, se ha publicado una gran cantidad de información imprecisa que, como es natural, arroja una sombra de duda sobre la confiabilidad de lo que se transmite. Los relatos y los datos, especialmente cuando dicen relación con situaciones extraordinarias que pasan rápidamente de boca en boca, pueden arrastrar una gran cantidad de añadidos, conjeturas y otras deformaciones que deberían ser revisadas y confirmadas antes de ser puestas por escrito.

Los evangelios, por lo tanto, en lugar de ser poco fiables a causa del "desfase" con que fueron llevados al papel, nos dan base para concluir lo contrario: Fueron publicados con la suficiente distancia temporal como para que la información volátil se descartara y quedara sólo la revisada que, pese al paso del tiempo, podía ser confirmada o desmentida por aquellos testigos que aún vivían*.

* Esta nota sólo menciona el aspecto humano de la redacción de los textos porque tiene en mente a quienes no creen en la inspiración divina (y consiguiente inerrancia) de ellos.

1 comentario(s):

Cristialegria dijo...

Claro y preciso! buen argunmento (para aquellos que no creen en la insipiración divina)

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