viernes, 10 de julio de 2009

Un legado digno de celebrar

Hoy se cumplen nada menos que quinientos años desde que nació Juan Calvino y no quiero dejar de darle gracias a Dios por lo que hizo a través de ese hombre. Imperfecto como fue, dejó sin embargo un legado que hasta hoy ha beneficiado profundamente a la iglesia y a creyentes como este servidor.

Como lo expresé a principios de 2009, estoy usando un calendario que, Dios mediante, me ayudará a leer la Institución de Calvino en un año y que, probablemente, en el futuro ayudará a alguien más. Junto con llegar a la mitad del año, llegué a la última página del primer tomo y debo señalar que fue un verdadero banquete (ya estoy en el segundo –de dos—).

Ojalá alguien más se anime a conocer sus escritos. Este mismo año tuve la oportunidad de adquirir sus comentarios bíblicos en formato digital y, al igual que con la Institución, he podido aprender muchísimo (si alguien lee inglés y no quiere gastar dinero, puede leerlos aquí).

Calvino no buscaba ser reconocido (dicen que pidió ser enterrado en una tumba sin nombre) y, como yo estoy de acuerdo con él, no tengo ni por un minuto la intención de exaltarlo. Sin embargo, si alguien quiere que le recomiende un buen profesor, no vacilaré en señalarlo a él.

2 comentario(s):

Anónimo dijo...

A propósito de este legado digno de celebrar, ayer (es decir, a 500 años y un día de la muerte de Calvino, y a 105 años del nacimiento de Neruda), con la Dafne cumplimos 2 años!

una soberana poesía!

Claudio

Cristian dijo...

¡Qué rápido pasa el tiempo! Te felicito por el "bienio" :)

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