miércoles, 14 de enero de 2009

¡Esta gente religiosa...!

(Continuación de la entrada "Rarezas" cristianas)Fariseo Moderno

El antecedente es claro: Antes de comer, Jesús mismo "bendecía" o "daba gracias". Esa es la forma en que la Biblia describe lo que hacía (Mateo 14:19; Marcos 8:6; Lucas 24:30; 1 Corintios 11:24). Lo mismo se nos dice de Pablo (Hechos 27:35), y según otras fuentes, aunque no se trataba de un mandato, era una costumbre bastante extendida entre los judíos.

No parece haber sido instituida como una práctica destinada a manifestar que se es cristiano (considerando, además, que no es garantía de serlo), pero he descubierto que muchos le añaden esa finalidad. Ciertamente en algunas ocasiones puede tener ese efecto, pero me inquietan los que transforman el asunto en un instrumento para descalificar al que no lo hace de manera lo suficientemente visible.

Es cierto que "nuestra luz" debe brillar públicamente (Mateo 5:16), pero no debemos caer en exhibir nuestras obras delante de la gente para ser admirados (Mateo 6:1). Es evidente que la vergüenza jamás constituye una razón para dejar de hacer lo que deberíamos hacer (sea lo que fuere), pero si nos vamos al otro extremo estaremos propensos a descuidar el verdadero sentido de lo que hacía Jesús: Reconocer que dependemos de Dios y honrarle por satisfacer nuestras necesidades.

(Lecturas relacionadas: 1 Timoteo 4:4-5 y Romanos 14:6)

3 comentario(s):

Carroña dijo...

Es gracioso cuando alguien empieza a comer y se escucha el siguiente dialogo:
-¿ya oramos?
- (comiendo) Oh! no (dejando el tenedor a un lado)... Oremos.

Hay dos elementos que yo añadiría al respecto, quizá tres. El primero, el acto de orar tiene que ser un acto conciente del espíritu, y no una mera repetición de palabras. Decimos que no repetimos rezos vacíos, pero practicamente eso hacemos cada vez que pronunciamos automáticamente las mismas palabras antes de comer.
Segundo, además de conciente, tiene que ser sincero, y creo que aquí me he descubierto muchas veces sin realmente estar agradecido y comprender lo que significa que Dios provea para suplir nuestras necesidades. El punto es que Dios está siempre atento y supliendo necesidades que van mucho más allá que la comida -tanto más, que incluso las desconocemos-, y nuestra oración debe estar en esa dirección constantemente, no solo 3 veces al día, y no solo por la comida. Ese cuidado especial de Dios merece mucha más alabanza que la repetición automática, ritual y a veces vacía que le damos.
Y por último, si alguien olvidó "agradecer", por favor, que no se detenga a medio camino!. Habrá un momento más adecuado para dirigirse a Dios con el espíritu y la vista puesta un poco más allá que en el color de las arvejas, y estoy seguro que no va a salir envenenado.

Cristian dijo...

Mientras yo describí solamente el aspecto público del tema, tú pusiste al descubierto la otra gran cara de la moneda que es la dimensión privada. Es triste cuando estas cosas llegan a ser simplemente hábitos o rituales que honramos únicamente para que la conciencia no nos acuse.

Creo que, independiente de cuál sea la forma en que le demos gracias a Dios, lo importante es que en el corazón haya un agradecimiento genuino y, tal como has dicho, no sólo con respecto a los alimentos sino a todo, en forma permanente.

Anónimo dijo...

Creo que más de alguno de nosotros alguna vez en su vida a caído en eso..lo importante es lograr darse cuenta, primero lo bueno que es Dios con nosotros dandonos aún más de lo que merecemos..y lo segundo no caer en mera rutina religiosa que nos imponen, sino ver lo valioso que es comunicarnos con nuestro Dios...y agradecerle su misericordia para con nosotros...

Buenisimo tu blog..cristian..Dios te bendiga mucho!!

Cintia G.

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