sábado, 3 de enero de 2009

Leyendo la Biblia estratégicamente

Hace poco más de un año decidí que era hora de volver a leer la Biblia entera. Desde la última vez que lo había hecho, me había dedicado a seleccionar y leer libros completos de ella, pero esta vez sentí la necesidad de estudiarla panorámicamente y, de paso, dedicarles tiempo a ciertos capítulos que tienden a ser eclipsados por otros (y, por lo tanto, olvidados).

Siempre había pensado que los calendarios de lectura bíblica no eran para mí (fundamentalmente porque suelo detenerme mucho tiempo en algunos pasajes), pero esta vez cambié de opinión. Concluí que, si quería apreciar la estructura y los grandes hilos conductores del texto, me convendría estar permanentemente avanzando y, en ese sentido, un calendario me obligaría a seguir un ritmo.

Sabía que hay diversos calendarios, pero no me di el trabajo de analizarlos. Como en esos días estaba leyendo un libro en que Martyn Lloyd-Jones recomienda el esquema de Robert Murray M'Cheyne, lo busqué y esperé que llegara Enero.

Poco sabía que ese calendario era exactamente lo que necesitaba. No sólo me permitió leer la Biblia entera en un año pasando dos veces por el Nuevo Testamento y los Salmos, sino que me permitió descubrir una serie de relaciones entre los libros de la Biblia.

El calendario está hecho de tal manera que cada día se leen cuatro pasajes distintos (he sabido que esto confunde a algunas personas, pero para mí fue útil). Se empieza en Génesis 1, Esdras 1, Mateo 1 y Hechos 1 (los cuatro grandes comienzos), pero a medida que se avanza en los cuatro frentes, algunos libros son sacados de su posición habitual y ordenados en forma estratégica.

Habiéndome sorprendido varias veces descubriendo conexiones entre dos o más de las cuatro lecturas correspondientes a un mismo día, llego a la conclusión de que M'Cheyne ordenó astutamente los libros. Sin embargo, creo que al reubicar exclusivamente los libros y no los capítulos, él no tenía el control de todas las relaciones que finalmente se producirían. Eso sí que me sorprende. Y más me sorprende teniendo en cuenta que los escritores de los libros en cuestión jamás se pudieron de acuerdo para entretejer sus obras.

0 comentario(s):

Publicar un comentario