martes, 17 de marzo de 2009

Nuevos brotes del viejo Calvinismo

El domingo pasado, un amigo y yo estuvimos hablando acerca de aquellas cosas por las cuales a veces luchamos durante un largo tiempo sin ver resultados, y llegamos a la conclusión de que, con frecuencia, el hecho de que no veamos frutos no significa que éstos no existan. Quizás sólo se trata de que no están apareciendo de la manera en que esperábamos que lo hicieran, pero es cuestión de aprender a mirar.

Estamos acostumbrados a esperar que nuestras acciones tengan un efecto inmediato, pero siendo Dios quien controla los resultados, muchas veces lo que hacemos no parece tener un efecto decisivo o automático sino más bien un impacto "menor".

Dios, sin embargo, parece valerse en forma continua de las acciones que muchos, sin saberlo, llevan a cabo en forma conjunta. Éstas tienen, por así decirlo, no un efecto directo sino uno más bien acumulativo que, dirigido por la influencia del Creador, hace suceder cosas a una escala de la cual difícilmente tendríamos control.

Traigo esto a colación pensando en el artículo de la revista Time que ubica al "nuevo Calvinismo" en la casilla número 3 de las 10 Ideas que Están Cambiando el Mundo Ahora Mismo. Para quien aún no conozca la lista, se trata de la siguiente:

  1. La percepción de los empleos como los nuevos bienes
  2. El reciclaje de los suburbios
  3. El nuevo Calvinismo
  4. La rehabilitación de la carretera interestatal
  5. La amortalidad
  6. La percepción de África como destino comercial
  7. El arriendo de países
  8. Los biobancos
  9. Las tiendas de supervivencia
  10. La inteligencia ecológica

¿Alguien habría pensado que, en tiempos como éstos, el así denominado nuevo Calvinismo (que de nuevo tiene poco y no fue invención de Calvino) sería reconocido como una influencia de proporciones "globales"?

Difícilmente se me habría pasado por la mente a mí, que siendo parte de una iglesia con raíces calvinistas y habiendo trabajado durante mucho tiempo en la difusión del pensamiento Reformado he visto cómo esta visión ha sido malinterpretada, tergiversada y denostada.

No, ya no se trata de calvinistas aislados. Yo creía que éramos pocos, pero a su tiempo Dios corrió el velo y pudimos ver que una simple conversación aquí y otra allá podían ser usadas para entretejer esto. Qué buena manera de ver en la práctica que 1 Corintios 15:58 sigue siendo verdad.

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